Don José Serrano era natural de Almería, vino a Gran Canaria y estuvo durante ocho años impartiendo clases en la escuela ubicada en el Toril (hoy junto al nuevo campo municipal de fútbol del Toril), posteriormente en 1953 pasó a ocupar la nueva escuela ubicada en las inmediaciones de la Vuelta Olivares en Carrizal y que más tarde llevaría su nombre “Escuela de don José Serrano”, siendo entonces alcalde de Ingenio don Francisco Hernández Sánchez.

Don José Serrano Nieto fue uno de los últimos profesores que quedó de aquellos difíciles años de la terrible II guerra mundial y después del azote de la Posguerra hasta el comienzo de la entonces nueva enseñanza de Educación General Básica (E.G.B.), enseñar en esos difíciles años con un alto porcentaje de analfabetismo resultó muy crudo para un profesor que lo dio todo por el interés de la enseñanza y donde muchos alumnos suyos fueron posteriormente hombres de gran provecho destacando a médicos, abogados, licenciados, profesores de E.G.B. y después en Institutos y así múltiples carreras profesionales donde años mas tarde reiteraron su gratitud por haber tenido un gran profesor que cambiaron sus vidas de provecho y prosperidad en la época final del la era del Franquismo y el comienzo de la Democracia (1970 / 1985).

El autor de este artículo fue alumno de don José Serrano así como muchos Carrizaleros (en su mayoría hoy jubilados), donde les recordamos con respeto y gratitud y por haber cumplido en su labor docente a formar hombres provechosos del mañana.

Don José Serrano, su esposa doña Mercedes y su hija doña Inmaculada vivieron durante muchos años en la playa del Burrero, fue un enamorado de esta gran playa donde pasó sus últimos años de su vida. Aun les recordamos que les fue otorgada por el Ministerio de Educación y Ciencia con la Encomienda de Alfonso X el Sabio por su meritoria labor en la enseñanza en unos difíciles años donde predominaba el hambre y los “las cartillas de racionamiento de alimentos”. También recordamos aquel cálido homenaje a don José Serrano Nieto donde cientos de alumnos suyos y admiradores de su amplio saber les brindaron con una cena, siendo orador don Luis Rivero Luzardo, entonces Cronista Oficial e Hijo Adoptivo de la Villa de Ingenio, que esbozó con suma sabiduría la semblanza de un gran profesor para honra y orgullo del pueblo del Carrizal de Ingenio y muchos foráneos que les conocieron.

En la actualidad (2016) el citado colegio que lleva su nombre tiene una triste historia y es que durante muchos años estuvo abandonado y poblado en más de una ocasión por "okupas", amén de otras ocupaciones de colectivos y asociaciones folklorista, lo cierto es que este pequeño y emblemático edificio debería tener el respaldo por parte del patrimonio histórico del ayuntamiento de Ingenio, ya que representó un antes y un después en la historia de la docencia en Carrizal de Ingenio. Asimismo brilla por su ausencia una merecida placa de identidad del que fuera uno de los mejores profesores foráneos que ha tenido el municipio de Ingenio en el pasado siglo XX.